dijous, de juny 08, 2006

El PP pretende boicotear el proceso de paz

El apoyo que el PP estaba dando al gobierno desde que ETA declaró un "alto el fuego permanente" ya era muy débil, pero aún así, presentíamos que no se sentían cómodos alineándose con el resto de los demócratas en una causa común, aunque ésta lo mereciera de verdad. El proceso de paz se presenta complicado y con un fin (sea cual sea) lejano en el tiempo, y el PP no puede estar tantos meses mostrándose transigente con un proyecto promovido por los socialistas y el resto de grupos políticos y sociales españoles. Necesitaban una excusa para respirar tranquilos en su aislamiento autoexcluyente. Esa excusa llegó por boca del socialista vasco Patxi López, que expresó su deseo de abrir una mesa de diálogo con Batasuna. ¡Dios mío! ¡Zapatero está siguiendo las reglas de ETA! ¡Zapatero ha pactado la cesión de Navarra a los terroristas vascos! ¡Zapatero va a pagar cualquier precio político por conseguir la paz! Esta y otras sandeces se vienen repitiendo desde el principio del proceso. Quienes critican con tanta virulencia la posibilidad de hablar con Batasuna son los mismos que hablaron, no con Batasuna, sino directamente con ETA en el 98. Entonces el PSOE se encontraba en la oposición y mostró un apoyo casi incondicional al gobierno Popular. Fue cuando Aznar dijo aquello de "paz por presos"; ¿"paz por presos"? ¿No es eso pagar un precio político? ¿No se le apoyó entonces, incluso cuando aquella tregua de ETA tenía muchas menos garantías de llegar a buen puerto que las que tenemos ahora? ¿Por qué Zapatero no puede intentar lo que todos han intentado antes que él? Y lo más importante, ¿quiénes son ellos para minar las esperanzas de tanta gente que ansía desde hace tanto tiempo el abandono definitivo de las armas por parte de ETA?

Pero, ¿se puede intentar dinamitar un proceso de paz con el único interés de derrocar un gobierno? Gran parte de los dirigentes del PP se quedaría sin discurso si ETA dejara definitivamente las armas (el voto del miedo siempre ha beneficiado a la derecha), pero cualquier político mínimamente decente debería anteponer el interés general y el sentido de estado a la propia motivación partidista. En la Transición, Suárez actuó como un político con un sentido de estado formidable y, aún perteneciendo a un partido de derechas, no tuvo ningún reparo en entablar conversaciones con el Partido Comunista, entonces ilegal, para que participara en la elaboración de la Constitución.

Si la apología del terrorismo está prohibida en España, las posturas que sabotean la posibilidad de acabar con el terrorismo también tendrían que estar penadas. ¿No está incurriendo Acebes en delito cuando afirma (¡en pleno proceso de paz!) que el proyecto de Zapatero es el mismo que el de ETA? En mi opinión, ningún político había llegado antes a tal índice de repugnancia. Después de las irresponsables declaraciones que se han ido sucediendo en estos últimos días por diferentes responsables del Partido Popular, no me cabe ninguna duda: Acebes, Zaplana, Rajoy y el resto del núcleo más duro del PP NO desean que el proceso de paz llegue a buen puerto. Seamos prácticos: para que el actual proceso de paz se convierta algún día en el abandono definitivo de las armas por parte de los asesinos etarras, no necesitamos un Partido Popular que ponga constantemente bastones en las ruedas a este proceso. Pero, ¿es indispensable o no la participación de Batasuna para encarrilar este asunto? Sin duda lo es. Hablar no es ceder, y las demás fuerzas políticas tendrían que apoyar al gobierno en este momento tan decisivo. Si el proceso de paz no continúa, el PP lo presentará como un fracaso estrepitoso de Zapatero; si el proceso de paz se encarrila favorablemente, el PP querrá subirse al carro y pondrá su cara más amable para repartirse los triunfos de algo que para ellos es sólo una cuestión electoral.