diumenge, de juliol 23, 2006

"Vejez arrumbada" - Jordi García-Petit



Jordi García-Petit escribe en El País del pasado 14 de julio un artículo estupendo, "Vejez arrumbada", en el que trata la situación de las personas mayores en nuestro país:

"[...] Más de 7,3 millones de españoles son mayores de 65 años, lo que representa el 17,5% de la población total, aunque en diversas áreas rurales y urbanas el porcentaje es superior. En la ciudad de Barcelona llega al 21%. Y la tendencia apunta a un inexorable crecimiento del número de ancianos, hecho en sí -el de ganar vida a la muerte- que debe ser apreciado como un éxito de civilización.
[...] La situación precaria de los pensionistas es frecuentemente aireada en reportajes e informes, sin que, al parecer, conmueva a una sociedad que, al vivir endeudada hasta las cejas, se siente toda ella en precaria situación. Según UGT, el 53,6% de los pensionistas catalanes -unas 765.000 personas, alrededor del 10% de la población- malviven por debajo del umbral de la pobreza, y según fuentes municipales barcelonesas, más de un tercio de los mayores de 65 años residentes en la ciudad disponen de ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional. ¿Cómo se puede vivir con rentas de entre 300 y 500 euros al mes en Barcelona, que en 2005 ocupaba el puesto 43 en la clasificación mundial de las ciudades más caras y este año empeorará su posición?
[...] Está en el aire que los viejos estorban, que constituyen una carga estatal y familiar que quita libertad, espacio y recursos al mundo joven y al adulto. El viejo no produce, luego es un inútil y lo inútil se arrumba. El cinismo del sistema podía haberle reciclado como consumidor, pero ni como eso interesa, porque ¿a qué consumo, si no es al de la mera subsistencia, pueden aspirar la mayoría de pensionistas con el monto de su pensión?
[...] Los cambios económicos y culturales para dignificar la vida de los mayores, hoy arrumbados, no tienen espera. Exigir que los hombres sigan siendo hombres durante su edad postrera implicaría, según Simone de Beauvoir, una conmoción radical. ¿Quién la teme?"